El estrés emocional puede influir en el sobrepeso. A continuación, analizamos la relación entre ambos factores así como los resultados de los últimos estudios científicos que aportan datos tan reveladores como optimistas para un futuro próximo.
¿Por qué el estrés provoca un aumento de peso?
Siempre se ha pensado, de forma acertada, que la vida sedentaria y una dieta rica en grasas conllevan un aumento de peso. Sin embargo, también el estrés y la ansiedad son factores decisivos para provocarnos un cambio en la forma de comer. Esta sensación genera adrenalina, epinefrina y cortisol en tus glándulas suprarrenales. Su combinación provoca que el cuerpo esté siempre alerta.
Es importante recordar que, como seres humano, la comida es siempre una recompensa para nuestro cerebro. Es decir, si padecemos estrés y nos sentamos a comer, cuanto más comamos, más tranquilidad obtendremos, ya que el hipotálamo y los niveles hormonales se equilibran automáticamente.
Además, el cerebro siempre va a pedir carbohidratos y calorías para poder seguir funcionando a alto nivel. Lo anterior se traduce en la elección de comida rápida, alimentos procesados y similares que aumentan la ingesta calórica y el aumento de las grasas acumuladas en nuestro organismo.
El resultado de todo lo anterior es bien sencillo: nuestro cerebro nunca dejará de pedirnos comida para que nos sintamos más tranquilos. Así, no dejaremos de ganar peso de forma progresiva provocándonos una serie de daños en el organismo que ahora analizaremos.
¿Cuáles son las consecuencias del sobrepeso?
Las más importantes son las siguientes:
- Trastornos en la salud cardiovascular.
- Dolencias articulares como lumbalgias, artrosis y sobrecargas en las vértebras.
- Problemas hepáticos y en la vesícula biliar.
- Arterioesclerosis.
- Anomalías en los niveles de ácido úrico.
- Ralentización de los procesos de recuperación.
- Envejecimiento.
Como se puede comprobar, tener unos kilogramos de más conlleva, directamente, un empeoramiento de las funciones habituales del organismo. Además, sometemos a nuestro esqueleto a un esfuerzo demasiado intenso que, a la larga, termina provocando daños de diversa consideración.
Nueva forma de evitar el estrés
Una vez confirmada la relación entre la obesidad y el estrés, un equipo de científicos del CSIC comenzaron un proyecto de investigación enmarcado en el programa europeo MyNewGut. Los resultados de su trabajo nos parecen muy esperanzadores.
Según confirman, existe una bacteria intestinal que puede ser la base de una nueva serie de probióticos que termine por corregir esta anomalía. Una bacteria ajena a nuestra flora intestinal puede ayudarnos a regular su funcionamiento y, sobre todo, a equilibrar el metabolismo de la glucosa, a beneficiarnos de su poder antiinflamatorio y a lograr mantener el peso.
En el informe final del estudio se constata que las personas que tienen determinadas bacterias en su flora intestinal son más propensas al obesidad y al estrés. Tomando una muestra de la microbiota intestinal es posible prevenir las consecuencias arriba explicadas con mayor facilidad.
A la hora de descubrir cuáles son las enfermedades y su tratamiento más adecuado también se dedujo lo siguiente. Una dieta pobre provocada por el estrés termina afectando, de forma definitiva, a la funcionalidad de los microorganismos que residen en el intestino.
El transplante fecal fue una de las soluciones más efectivas. Al renovarse las bacterias intestinales los pacientes dejaron de sentir ansiedad y consiguieron amoldarse a una dieta mucho más sana y equilibrada. Los científicos que gestionaron el proyecto concluyeron que el consumo elevado de proteínas conlleva la eliminación de bacterias intestinales y los problemas arriba expuestos.
Consejos para evitar que el estrés suponga un aumento de peso
Si bien el estar alerta siempre es positivo para mantenernos activos, mantener ese estado mental no es demasiado saludable. Los siguientes consejos ayudarán a conseguir evitar ganar peso y, especialmente, a mantener otro tipo de relación con la comida:
- Dejar a un lado el sedentarismo. Vamos de la casa al trabajo, nos sentamos a trabajar y vuelta a empezar. Nos falta tiempo para nosotros mismos y no sabemos cómo solucionar este problema. Es normal. Es interesante apostar por apuntarnos al gimnasio, ir a nadar, caminar, montar en bicicleta o subir por las escaleras. A mayor movimiento, más tensión liberaremos consiguiendo así un efecto más que positivo.
- Aprender alguna técnica de relajación. En todos los trabajos hay momentos de máxima tensión que pueden provocar que perdamos la paciencia. Si aprendemos alguna técnica de relajación, sobre todo de respiración, podremos tomarnos cinco minutos durante la jornada para ponerla en práctica y seguir trabajando con la mente más clara.
- Practicar alguna disciplina física de bajo impacto. Solemos pensar que solo el entrenamiento intenso es efectivo para perder peso. Otras opciones como el yoga o el Taichí son igualmente efectivas para mantener nuestro cuerpo en perfecto estado.
- No debemos olvidar la importancia del descanso. Programar las aplicaciones de correo electrónico o de mensajería para que no nos molesten a partir de una hora es una buena idea, así como hacer relajación antes de irnos a la cama. Dormir como mínimo ocho horas al día nos servirá para rendir al máximo.
- Observar el comportamiento de nuestros hijos. Un exceso de actividades extraescolares puede saturar su agenda y provocar que sean presa del estrés. Si comprobamos que comen de forma desequilibrada puede ser por los motivos arriba indicados. Intentar equilibrar sus actividades concediéndole la importancia necesaria a las deportivas ayudará a que les sea más fácil controlar su ansiedad.
Se recomienda igualmente, contratar un seguro médico que ayude a llevar el control del peso y de las causas que provocan su aumento. Guiados por los mejores especialistas nos será mucho más fácil lograr el objetivo de conseguir que nuestro organismo procese de forma más acertada todo lo que comamos.
Esperamos haber dado las claves necesarias para entender mejor cuál es la relación entre estrés emocional y sobrepeso. Es hora de poner en práctica nuestros consejos y, sobre todo, de no permitir que la dieta se convierta en el peor enemigo provocando problemas de salud que pueden terminar siendo de enorme importancia. Controlar la ansiedad y cambiar la forma de comer es el camino para disfrutar de un perfecto estado de salud.
Fuente: https://www.isalud.com